Por Leonardo Banegas, Segundo Consejero de la Estaca Santo Domingo.
Siempre estuve convencido de la existencia de un Ser Divino a través de la enseñanza que había recibido de mis antepasados y la fe que profesaban mis padres, a medida que pasaban los años esa creencia también aumentaba.
Cuando atravesaba la edad adulta empecé a meditar en la venida del Señor Jesucristo a la tierra y de su función como el Salvador del mundo y sentí curiosidad de saber un poco más sobre este acontecimiento y para ello me propuse investigar y pensé que la fuente más indicada para mi investigación era la Biblia; así que me propuse a leer el Antiguo Testamento y supe con más certeza que Dios al principio había organizado su iglesia llamando a profetas como Adán, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, entre otros hasta llegar a Zacarías el último profeta de la biblia del antiguo testamento.
Continué con mi investigación y me propuse a leer también el Nuevo Testamento donde los cuatro primeros libros hablan de la venida de Jesucristo: desde su nacimiento hasta su resurrección (Mateo, Marcos, Lucas y Juan). Me llamó mucho la atención cuando todos ellos dicen que el Señor Jesucristo escogió a doce discípulos a quienes les llamó Apóstoles, los mismos que cuando Él ascendió al cielo continuaron predicando su Evangelio, entonces me pregunté:
- ¿Dónde está ese modelo de organización?
Y al cabo de algún tiempo tuve la oportunidad de dialogar con dos jóvenes que me hablaron de la “Restauración del Evangelio” y de un Plan de Salvación creado por nuestro Padre Celestial, entonces me interesé mucho más por saber de qué se trataba esta Restauración.
Antes de la venida del Salvador Jesucristo, el Señor preparó un Plan de Salvación para nosotros sus hijos, este plan incluye: La Creación, La Caída, La Expiación de Jesucristo y todas las leyes, ordenanzas y doctrinas del Evangelio (Génesis 1:26. Génesis 3:6, 1Juan 1:7, Hebreos 5:9).
La Gran Apostasía
Después de la muerte y resurrección del Salvador, Él dejó organizada su Iglesia con el Apóstol Pedro a la cabeza, quien junto a los otros apóstoles siguieron predicando el Evangelio por toda la tierra. Sin embargo, muchas personas persiguieron y dieron muerte a los apóstoles y por tal razón el sacerdocio y sus llaves fueron retiradas de la tierra. Consecuentemente, al no haber quien dirija la Iglesia el error se introdujo en sus enseñanzas, aun cuando todavía había muchas personas buenas, el Evangelio como tal ya no era el mismo y a este periodo se le conoce como “LA GRAN APOSTASÍA”.
En este periodo se formaron muchas iglesias que empezaron a enseñar doctrinas contradictorias, también había muchas personas que creían en Dios y procuraron enseñar la verdad, pero no tenían la plenitud del Evangelio tampoco poseían la autoridad del sacerdocio; lo cual era heredado de generación en generación.
Además, existieron personas que se dieron cuenta que las verdades habían sido cambiadas y que algunas doctrinas se habían perdido, pero al no tener la autoridad del sacerdocio el evangelio no pudo ser reestablecido a su forma original.
Nuestro Padre Celestial sabía que habría una apostasía. Mediante un profeta del Antiguo Testamento, Él dijo:
“He aquí vienen días,… en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni de sed de agua, sino de oír la palabra de Dios: “Y [las personas] irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando la palabra de Jehová, y no la hallarán”.
Amós 8: 11-12
La Restauración
En 1820, un joven confundido por las diferentes doctrinas que se impartían en su lugar de residencia, en medio de su confusión y al leer la Biblia encontró una escritura que dice:
“…si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”
Santiago 1:5
Entonces decidiópreguntarle al Señora que iglesia debía unirse y recibiendo como respuesta la visita de Dios el Eterno Padre y su Hijo el Señor Jesucristo, los cuales le manifestaron que no debía unirse a ninguna denominación religiosa ya que todas estaban en error, es ahí donde comienza la Restauración del Evangelio de Jesucristo ya que de la misma manera que el Señor había llamado profetas en la antigüedad en esta ocasión llamó al joven José Smith para ser el Profeta de esta última dispensación.
Algunos años después, el Señor Jesucristo por medio de este profeta restauró la autoridad del Sacerdocio y llamó a doce apóstoles y con este orden se organizó de nuevo la Iglesia volviendo de así a su orden original; es decir, con profetas y apóstoles.
De esta manera, el Señor Jesucristo mismo dirige su Iglesia a través de la revelación e inspiración que día a día transmite por medio del Espíritu Santo a sus siervos los profetas vivientes, quienes sirven con la misma autoridad del sacerdocio que tenían los profetas y apóstoles de la antigüedad y de la misma manera fueron restauradas todas las ordenanzas, convenios y doctrinas del evangelio.
Como parte de la restauración el Señor sacó a la luz el Libro de Mormón otro testamento de Jesucristo, el cual es una historia de comunicación entre Dios y el antiguo pueblo de las Américas contiene la plenitud del evangelio y al mismo tiempo junto con la Biblia, la Perla de Gran Precio y Doctrina y Convenios forman parte fundamental para del plan que Dios tiene para todos sus hijos.
El Libro de Mormón es una evidencia verdadera de la restauración del evangelio, si usted desea saber por sí mismo para obtener este conocimiento le invito a leerlo y que medite sobre su mensaje y sienta el deseo sincero de saber si es verdadero y pídale a nuestro Padre Celestial con verdadera intención y Él le revelara a través del Espíritu Santo que es verdadero.
Cuando usted reciba la respuesta que el Libro de Mormón es verdadero también sabrá por medio del Espíritu Santo que José Smith fue el profeta de la restauración y que hoy en día La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cuenta con un Profeta, doce Apóstoles, Setentas, Patriarcas, etc. (Artículo de Fe:6)
Testifico de la verdad de este evangelio restaurado, que Dios vive y que el Señor Jesucristo es nuestro Salvador y redentor, también testifico que el poder del Sacerdocio es real, que por medio de esta autoridad fueron creados los cielos, la tierra y todo lo que en ella existe. Me siento muy feliz porque encontré la verdad en el momento más oportuno de mi vida, lo cual me ha ayudado a vivir de mejor manera junto con mi familia, en el nombre del Señor Jesucristo. Amén.